El cortometraje chileno «Los Huesos»: Creatividad sin expresividad

Todo lo que era aterrador, mágico e innovador en La Casa Lobo (2018), aparece diluido y achicado en el cortometraje Los Huesos (2021).

En su más reciente película, los chilenos Joaquín León y Cristóbal Cociña se valen, una vez más, del stop-motion como técnica dominante. Mientras que para la trama, desarrollada en 14 minutos, recurren a un ritual nigromante de inspiración política.

Ya que termina por adquirir sentido sólo en sus segundos finales, buena parte del corto se siente a la deriva, dejando así el principal valor de Los Huesos reposar sobre su materialidad misma, más que en la ejecución diegética que construye con ella.

Una película que no se transforma


El punto de partida de Los Huesos, al igual que La Casa Lobo, es el acontecer histórico.

Así como el largometraje se inspiraba en la secta de Colonia Dignidad en el sur chileno, el corto se hace cargo del presente al tener en el centro a Diego Portales y Jaime Guzmán, ideólogos de la constitución que en la actualidad se busca derogar.

En La Casa Lobo, sin embargo, el dato contextual se deformaba en un macabro relato infantil que iba evolucionando a medida que la película avanzaba.

En Los Huesos, en cambio, el encuadre histórico no logra transformarse en otra cosa. No hay peso simbólico más allá del evidente ritual de inversión que des-casa a Chile de su herencia.
También te puede interesar:
Aunque la niña protagonista parece querer significar algo más allá –basta con revisar su historia real y considerar la importancia de su condición de género en el contexto del estallido–, en realidad no es más que un catalizador narrativo dentro del corto.

Se entiende que en el formato cortometraje el tiempo puede limitar las posibilidades expresivas, pero, hasta ahora, las piezas de Diluvio se caracterizaban por superar esa barrera y condensar las posibilidades creativas en una densa imagen expresiva (como en Lucía (2007), Luis (2008) o Los Andes (2012)).

Lamentablemente, en Los Huesos el ejercicio de creatividad no alcanza a proponer una expresividad plena

Stop-motion: re-animación cinematográfica


Donde sí triunfa la película es en la cualidad esencial de sus imágenes.

Los Huesos tiene el gran valor de construir una visualidad palpable, lejos de la excesiva digitalización del cine, del cine de animación y, por supuesto, del mundo.

En este sentido, tanto el título del corto (Los Huesos) como su estilo de animación (el stop-motion) y además su argumento (la exhumación de los cuerpos), están alineados con la idea de entender el proceso cinematográfico como un ejercicio de reanimación física, donde una imagen muerta “vuelve a la vida” y crea la ilusión de movimiento.

Así, el resultado cumple con el piso mínimo que los directores han establecido en su filmografía: un cortometraje autorreflexivo que combina terror y animación.

Pero que, pese a la reflexión política puramente local que le da forma al corto, se siente más bien como la puerta de entrada hacia la internacionalización de los realizadores y sus aspiraciones poéticas.
Dóname desde Chile

Dóname desde el extranjero

Suscríbete

Nuestra puntuación