You Don’t Nomi: La eterna pregunta sobre Showgirls

¿Cómo se sabe si una película es “buena” o “mala”?

¿Y por qué, en todo caso, decimos “buena” o “mala”, si estas categorías se acercan más al campo de la ética que al de la estética?

En el centro del documental ‘You Don’t Nomi’ están estas preguntas.

Para intentar responderlas, su director, el novel Jeffrey McHale, pone el ojo de la cámara en ‘Showgirls’, la públicamente despreciada película de Paul Verhoeven de 1995, su construcción formal y el fenómeno de culto en torno a ella.
El debate sobre ‘Showgirls’, plantea el documental, sigue vivo entre cinéfilos, críticos y público en general: ¿Showgirls’ es tan mala que es buena?, ¿es buena disfrazada de mala?, ¿es sencillamente mala?

‘You Don’t Nomi’ pretende ser un ensayo donde se evalúa este problema, pero, al final, su tibia toma de posición termina por jugarle en contra al total de la cinta.
You dont nomi 2019

El oficio de Verhoeven


Entre sus mayores virtudes, sin embargo, hay mucho que destacar.

En primer lugar, lo más evidente, el documental se aleja de manera consciente de ser un detrás de cámara. No hay entrevistas directas a Verhoeven, ni al guionista, ni a nadie del reparto (tal vez con una pequeña excepción).

Al contrario, quienes hablan son los y las fanáticas de ‘Showgirls’, los críticos, ensayistas y artistas que fueron inspirados –tanto positiva como negativamente– por el film.
De igual forma, el tratamiento que se les da es tan interesante como las conversaciones mismas: nunca vemos a las personas que hablan, sino que una reconstrucción visual de lo que dicen a través de imágenes de la película, material de archivo y otras obras de Verhoeven.

En esta línea, una de las aristas más trabajadas de ‘You Don’t Nomi’ es el foco sobre la filmografía del director holandés.

Las secuencias intervenidas de ‘RoboCop’ (1987), ‘Starship Troopers’ (1997) y ‘Total Recall’ (1990) arman un claro mosaico representando el estilo de uno de los cineastas más provocativos de las últimas décadas.
Verhoeven, nos recuerda el documental, ha sido un satírico comentarista de la sociedad desde sus primeros films europeos: ‘Turkish Delight’ (1973), ‘Spetters’ (1980) y ‘The Fourth Man’ (1983). Y ‘Showgirls’, aunque fallida en varios aspectos, sigue demostrando la maestría de un director oficioso.

Incluso con el paso de los años, desde el largometraje emergen elementos notorios pero sutiles, que sólo avivan la discusión sobre las intenciones del film (el intercambio de los críticos sobre el uso de los espejos es un gran momento del documental).

Junto a esos elementos brillantes, sin embargo, también habitan momentos estúpidos (como el diálogo sobre el sabor de la comida para perros), lo que nos devuelve a la pregunta inicial: ¿’Showgirls’ pretende hablar en serio, o no?

‘Showgirls’: sátira para el cambio de siglo


Una de las secuencias más interesantes de ‘You Don’t Nomi’ es la exploración de un libro escrito antes del estreno de ‘Showgirls’, en el que Paul Verhoeven expone en detalle su visión sobre el mundo que está retratando, y los lineamientos éticos y morales a los que se enfrentan sus personajes durante la película.

Esta especie de evangelio perdido, nos dan a entender, no alcanza a reflejarse por completo en ‘Showgirls’. Mientras que el libro la hace parecer una obra maestra, el resultado fílmico tropezaría constantemente.

Así, la decisión de ‘You Don’t Nomi’ es la de no concordar con el director holandés. El documental no le ofrece a ‘Showgirls’ la satisfacción de una redención, al menos no de forma absoluta.
you dont nomi showgirls
Desde una posición ambivalente, el film de Verhoeven es calificado como “una obra maestra de la mierda” (“a masterpiece of shit”). Es decir, sería brillante en sus torpezas.

En este punto, ante tal reflexión, entramos de lleno al territorio de lo camp: a las reflexiones de Susan Sontag, las películas de John Waters, las variaciones en torno a lo kitsch, e incluso a la chilena ‘Amigas y Rivales’.

Si bien You Don’t Nomi toma un largo desvío sobre este tema, su epítome al respecto lo alcanza con la pregunta: “¿puede seguir existiendo lo camp en la actualidad?”.
En un mundo con películas como Sharknado, con el humor absurdo del shitposting en redes sociales, y el culto a la no-ironía (auspiciado en buena parte por memes de Shrek), las notas de Sontag se vuelven difíciles de aplicar a los regímenes estéticos contemporáneos.

En este sentido, Showgirls se siente como una bisagra.

Aunque ‘You Don’t Nomi’ lo elucubra de manera tímida, es posible inferir que Showgirls es un producto que marca la transición entre épocas, entre diferentes acepciones de ironía, sátira y parodia que se han concebido durante el siglo XXI.

Más allá de la calidad


Como ocurre con la maravillosa ‘Jodorowsky’s Dune’, ‘You Don’t Nomi’ logra retratar el misterio de cómo una película fallida, incompleta, accidentada, atraviesa sus propios límites y se transforma en algo más.

Si bien el documental no es lo suficientemente enfático en señalarlo, ‘Showgirls’ parece haber cruzado la barrera de ser una “rareza de culto”, y la vida propia que alcanzó se siente como algo que trasciende la pregunta en torno a la calidad cinematográfica.

Más allá de si es buena o mala, quizás la pregunta debería ser: ¿qué viene después de ‘Showgirls’?
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